“Falsa ayuda”

“Falsa ayuda”

Mateo 7, 1-5

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «No juzguéis y no os juzgarán. Porque os van a juzgar como juzguéis vosotros, y la medida que uséis, la usarán con vosotros. ¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: “Déjame que te saque la mota del ojo”, teniendo una viga en el tuyo? Hipócrita: sácate primero la viga del ojo; entonces verás claro y podrás sacar la mota del ojo de tu hermano».

—————————————-

No me cabe la menor duda de la buena intención de las personas en cuanto a ayudar a los demás se refiere, hay quien lo hace totalmente en un espíritu de servicio altruista y desinteresado, hasta quienes cobran los favores.

Pero lo que más me preocupa es aquella ayuda que te brindan a su muy particular manera de cada persona, aquella que según sus criterios sería la mejor para el bien de la otra persona, que en realidad no es ayuda porque pretenden estar a tu disposición cuando en realidad están truncando el verdadero respaldo, además de mezclar los propios problemas y traumas en su solución.

Te ayudan a su manera, con muy buena intención, pero sin estar capacitados para ello y aunque tengan los recursos a la mano no los utilizan. Es más lo que estorban que lo que ayudan, y en el plano de la fe, no se diga, te juzgan con un juicio acomodado a su vida para no ser severos ni contigo, ni consigo mismos; moralmente no pueden, su pecado se los impide, y lo que suelen hacer es remarcar tu pecado para desviar la atención del suyo.

Falta autenticidad, estar capacitados y libres de tapujos personales para poder ayudar, falta integridad, si no a su vez tu problemas se los comerá enteros, hay que ver claro para poder ayudar, porque las vigas que nos ciegan, sólo dejan ver el mal, pero no la solución. Hay que quitar la hipocresía y entonces ya estarás de raíz ayudando, si no, será una falsa ayuda.

“Decían que no estaba en sus cabales»

“Decían que no estaba en sus cabales»

Marcos 3, 20-21

En aquel tiempo, volvió Jesús con sus discípulos a casa y se juntó tanta gente, que no los dejaban ni comer. Al enterarse su familia, vinieron a llevárselo, porque decían que no estaba en sus cabales.

——————————————

Cuando hay personas que difieren de nosotros en su forma de vida y pensamiento a veces radical al nuestro, o cuando no lo alcanzamos a entender por donde va su obra, lo más común es juzgar atacando a la otra persona afirmando categóricamente que no está bien en sus capacidades, así nos defendemos y no quedamos mal, sino que sembramos previamente la distracción en la otra persona para que sea el centro del asunto.

Pero olvidamos que al final de cuentas, somos totalmente conscientes y responsables por todo aquello que digamos, aunque se nos haga fácil hablar, lo que surja de nuestra boca, es nuestro, porque no basta con soltarlo a los cuatro vientos, si con esos comentarios pretendemos buscar un fin ya sea bueno o malo para las demás personas, también tiene un origen, y si el origen eres tu, pues en su momento tus propias palabras te condenarán.

No es que sea una maldición, sino que en realidad es una consecuencia lógica propia, porque todo en este mundo tiene una causa y un efecto. Nuestra actitud debería ser un poco más prudente, ya que al hablar sin conocer, creo que nos defenderíamos más si nos quedamos en silencio, en vez de sembrar un mal y recoger los mismos frutos.

A veces como con Jesús, es la propia familia la que juzga y afirma dichas loqueras, pero bendito sea Dios que es este tipo de loquera y no otra peor.

«¿Asusta más el demonio o el humano?»

«¿Asusta más el demonio o el humano?»


Lucas 13, 31-35

En aquella ocasión, se acercaron unos fariseos a decirle: —Márchate de aquí, porque Herodes quiere matarte.El contestó: —Id a decirle a ese zorro: «Hoy y mañana seguiré curando y echando demonios; pasado mañana llego a mi término». Pero hoy y mañana y pasado tengo que caminar, porque no cabe que un profeta muera fuera de Jerusalén. ¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que se te envían! Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como la gallina reúne a sus pollitos bajo las alas! Pero no habéis querido. Vuestra casa se os quedará vacía. Os digo que no me volveréis a ver hasta el día que exclaméis: «Bendito el que viene en nombre del Señor».
——————————
Desde siempre se nos ha infundido el temor al demonio, como un ente espantoso que causa terror donde quiera que se hace presente, identificando el mal en un ente real, pero su manera de obrar es muy sutil e imperceptible para algunos a tal grado de tan sólo por temor evitar su encuentro directo o invocarlo.
Eso de entrada está muy bien, porque denota ya un interés de no dejarnos engañar por sus insidias, pero existe una realidad mucho más evidente en el obrar del maligno; disfraza de solución y bien sus supuestas aportaciones y sugerencias, como lo tenemos en el caso del evangelio, en donde se presenta un fariseo ante Jesús, el cual según para ayudarlo, le da una información que ciertamente pudiera ser verdadera, pero que va encubierta de una mala intención.
Esa información desvirtuada, Jesús inmediatamente la detecta porque sabe hacia donde va, a lo mejor el fariseo lo hace con buena intención, pero descubre detrás la obra del maligno, en donde planea sembrarle miedo para que rechace su misión, a su vez de llamar «zorro» a Herodes, no como un insulto personal, sino como quien astutamente se deja manejar del mal, utilizándolo como un recurso para obtener sus beneficios, situación perfecta que utiliza el demonio, para detrás manejar a las personas a su conveniencia haciéndoles creer que ellos son los protagonistas, cuando en realidad son sólo sus secuaces manipulados en un su malvado plan contra la redención.
A quienes deberíamos realmente temer es a aquellos que se dejan manejar por el mal mismo, que son sus títeres, no tanto al demonio en sí mismo, sino a sus intermediarios que se pueden hacer presentes incluso en la propia familia para dividir y robar la paz necesaria para el crecimiento y frutos de la agracia divina. 
Al igual se da entre tus mejores amigos, y ambiente de trabajo, cualquiera que pretenda hacer las cosas bien o de manera extraordinaria, no se diga con caridad y santidad, suscitará en los demás cuando están débiles espiritualmente, ser puertas abiertas al maligno, para que te ataque en ellos, los que tienes más cerca.
La misma situación en pecado de nuestras, vidas nos hace canales del mal, somos más propensos a dejarnos manejar y por ende, a auto denigrarnos sembrando un daño que al final lo hacemos nuestro y responsables de ello.

Nada cuesta fortalecernos, para al contrario, ser instrumentos eficaces, pero de la gracia de Dios, para no causar daños y, saber defendernos cuando otros lo hagan, porque si se da aún en los ambientes más religiosos y consagrados, qué no esperar de los más alejados de la gracia de Dios.

«La verdad en un mundo de Hipocresía»

«La verdad en un mundo de Hipocresía»

Lucas 13, 10-17

Un sábado, enseñaba Jesús en una sinagoga. Había una mujer que desde hacía dieciocho años estaba enferma por causa de un espíritu, y andaba encorvada, sin poderse enderezar. Al verla, Jesús la llamó y le dijo: —Mujer, quedas libre de tu enfermedad.

Le impuso las manos, y enseguida se puso derecha. Y glorificaba a Dios. Pero el jefe de la sinagoga, indignado porque Jesús había curado en sábado, dijo a la gente: —Seis días tenéis para trabajar: venid esos días a que os curen, y no los sábados.

Pero el Señor, dirigiéndose a él, dijo: —Hipócritas: cualquiera de vosotros, ¿no desata del pesebre al buey o al burro, y lo lleva a abrevar, aunque sea sábado? Y a ésta, que es hija de Abrahán, y que Satanás ha tenido atada dieciocho años, ¿no había que soltarla en sábado?

A estas palabras, sus enemigos quedaron abochornados, y toda la gente se alegraba de los milagros que hacía.

___________________________

Lamentablemente vivimos en un mundo que ha caído en la paranoia de las dependencias y las adicciones en todos los ámbitos de la vida, no me refiero tan sólo a los casos clínicos en crisis manifiesta, sino también a aquellos que han sido inducidos como un plan de control en cada uno de nosotros, los cuales se han oficializado como socialmente aceptables aunque cuando se remarcan son causa de escándalo sobre todo cuando se habla con la verdad..

Tenemos el caso de la manifiesta tendencia al abuso de la sexualidad, por todos los medios se presenta un erotismo explícito que incita a un libertinaje sexual, claro, la sexualidad puesta en el plano de la morbosidad vende con ganancias multimillonarias, nos hacen dependientes de ella, para luego ante una falta en ese ámbito, escandalizarnos, poniendo el énfasis en la persona acusada para que o miren hacia nosotros que estamos igual o peor. Eso es Hipocresía. Les espanta, pero les encanta.

Ante tanta dependencia ya oficializada y comercializada, todo mundo busca cubrir su cuota buscando aquello que lo satisface como una droga sin ser estupefacientes, ya sea el sexo, el romanticismo, las relaciones personales, no podemos vivir sin ellas de manera normal, sino utilizando inclusive a las personas, aquellas que no nos importan sino tan solo para que nos den lo que necesitamos obsesivamente: atención, romances narcisistas y sexo.

Eso hace que perdamos el piso, ya no vivamos en la realidad y entremos en el mundo de la fantasía, rechacemos la verdad, los valores morales, perdamos la espiritualidad por obtener las dosis de las que dependemos, incluso lo que erróneamente llaman amor. Ante ésta realidad, viviendo de manera hipócrita la verdad duele, y es evitada hasta violentamente.

Para muestras fíjate en los medios de comunicación, todo el tiempo están dando las dosis de lo que dependemos, Amores imposibles, Sexo, relaciones cósmicas con las princesas y príncipes azules, todo inalcanzable e insaciable, pero anclados a ellas. Hasta en el face si se publica algo que alimente las dependencias y todo mundo le pone likes, pero publica la verdad de una situación o de cómo superar las dependencias y todo mundo la rechaza porque le tiene miedo.

Es my difícil presentar la verdad en un mundo enfermo y lleno de hipocresía, porque ahora resulta que los sanos son los locos.

“Marionetas del maligno”

Lucas 11, 15-26

En aquel tiempo, habiendo echado Jesús un demonio, algunos de entre la multitud dijeron: —Si echa los demonios, es por arte de Belzebú, el príncipe de los demonios.

Otros, para ponerlo a prueba, le pedían un signo en el cielo. Él, leyendo sus pensamientos, les dijo: —Todo reino en guerra civil va a la ruina y se derrumba casa tras casa. Si también Satanás está en guerra civil, ¿cómo mantendrá su reino? Vosotros decís que yo echo los demonios con el poder de Belzebú; y si yo echo los demonios con el poder de Belzebú, vuestros hijos, ¿por arte de quién los echan? Por eso, ellos mismos serán vuestros jueces. Pero si yo echo los demonios con el dedo de Dios, entonces es que el Reino de Dios ha llegado a vosotros. Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes están seguros. Pero si otro más fuerte lo asalta y lo vence, le quita las armas de que se fiaba y reparte el botín. El que no está conmigo, está contra mí; el que no recoge conmigo, desparrama. Cuando un espíritu inmundo sale de un hombre, da vueltas por el desierto, buscando un sitio para descansar; pero como no lo encuentra, dice: “Volveré a la casa de donde salí”. Al volver se la encuentra barrida y arreglada. Entonces va a coger otros siete espíritus peores que él, y se mete a vivir allí. Y el final de aquel hombre resulta peor que el principio.

________________________

Cuando escuchamos acerca del tema sobre la acción y presencia del maligno entre nosotros, como que nos hacemos la idea de que a nosotros no va a pasarnos nada, que son falsas creencias o en su defecto situaciones para fanáticos, así negando su influencia, y a veces parece que no pasa nada, pero ese sentir se da cuando vivimos adormecidos en situaciones permanentes de pecado que nos son ordinarias como el mismo pan de cada día. 

Le facilitamos el trabajo al demonio, porque no necesita trabajar para inducirnos al mal cuando ya vivimos en él, por lo que no tiene necesidad de estrujarnos para renegar de Dios, si con la propia forma de vivir ya lo estamos haciendo.

Para ser un poco más claro, estamos inmersos en sus fauces cuando nos la pasamos odiando a la vida y a toda persona que se nos cruce en el camino, criticando, juzgando, hablando de manera ofensiva, diciendo puras maldiciones cada tres palabras en el léxico ordinario, viviendo un libertinaje sexual sin responsabilidad, al cabo hay preservativos y abortivos; ofendiendo y levantando falsos de los demás por hobbies, atacando a todo lo que huela a Dios y a religión. Podría enumerar más, pero éstos son los más comunes.

Un modelo claro lo tenemos en las famosas redes sociales, ya que cuando una persona publica una ofensa, burla y ataque contra otros, se hace viral, mientras cuando se promueve un excelente mensaje de crecimiento y espiritualidad no es tomado en cuenta y hasta rechazado con vituperaciones. 

Es una medida de cuántas personas débiles y vulnerables espiritualmente son víctimas siendo utilizadas por el maligno para manifestar su odio a todo lo que sea bueno en el mundo. Nos hemos convertido en marionetas del demonio ya que expandimos su odio y el mal como lo más ordinario del mundo.

Aquí es donde Jesús necesita sacar esos demonios que nos manipulan, fortaleza adquirida por la reconciliación, oración y vida sacramental es lo que necesitamos, de tal manera que no te permitas ser una marioneta del chamuco.

“Creemos que hacemos el bien…”

“Creemos que hacemos el bien…”

Lucas 10, 13-16


En aquel tiempo, Jesús dijo: “¡Ay de ti, ciudad de Corozaín! ¡Ay de ti, ciudad de Betsaida! Porque si en las ciudades de Tiro y de Sidón se hubieran realizado los prodigios que se han hecho en ustedes, hace mucho tiempo que hubieran hecho penitencia, cubiertas de sayal y de ceniza. Por eso el día del juicio será menos severo para Tiro y Sidón que para ustedes. Y tú, Cafarnaúm, ¿crees que serás encumbrada hasta el Cielo? No. Serás precipitada en el abismo”. 

Luego, Jesús dijo a sus discípulos: “El que los escucha a ustedes, a mí me escucha; el que los rechaza a ustedes, a mí me rechaza y el que me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado”. 

________________________________

El entorno en el que hemos crecido se nos hace de los más natural y ordinario, las personas, los lugares, los hábitos, la situación económico social, así como el trato humano creemos que es lo trivial, y lo es, solamente que dejamos de lado aquellas situaciones que no conocemos, distintas a nuestra propia forma de vida y que según nuestros criterios suenan raras porque así no vivimos ni aprendimos.

No dudo que el mal enraizado en esas ciudades como Corozaín y Betsaida, a veces inculcado de generaciones atrás, se vea como lo normal, con todo y sus consecuencias nefastas sin tener idea de como vivir de una manera mejor y distinta.

Es aquí cuando creemos que hacemos el bien repitiendo los errores de los demás, porque así lo hacen todos, donde el cambio lo lleva Jesús pero no quieren escuchar, ni cambiar, y la realidad es miedo a lo nuevo y a dejar las mañas aseguradas porque no se tiene más.

Es por eso importante escuchar y conocer nuevas opiniones, que aunque nos incomoden, nos hacen en realidad crecer y más aún cuando se trata de cambiar nuestro interior y santificarnos, pensamos que estamos bien, cuando podemos estar mejor y tener además la paz y la gracia que conlleva a una seguridad en la vida al lado de Dios.

“Información falsa”

Información falsa”

Lucas: 9, 7-9

En aquel tiempo, el rey Herodes se enteró de todos los prodigios que Jesús hacía y no sabía a qué atenerse, porque unos decían que Juan había resucitado; otros, que había regresado Elías, y otros, que había vuelto a la vida uno de los antiguos profetas. Pero Herodes decía: «A Juan yo lo mandé decapitar. ¿Quién será, pues, éste del que oigo semejantes cosas?» Y tenía curiosidad de ver a Jesús.

______________________

Dentro de un mundo que se dedica a compartir información desde todos los tiempos, donde la situación se agudiza al tener los medios de difusión inmediata, nos encontramos con el problema de la veracidad. Estamos sobre saturados de información, por lo que resulta un tanto difícil autentificar tanto la fuente como el transmisor. 

Problema nada nuevo, porque en el mismo evangelio nos encontramos que al mismo rey le llegaba la información parcial, algo le comunicaban, pero si el medio era ineficaz y no confiable, donde impregna los datos con su propia opinión, el resultante obtenido es una mentira o un verdad incompleta.

Lo mismo nos puede acontecer, puesto que nuestro deber es, antes de emitir cualquier juicio es documentarnos, para así identificar si lo que conocemos acerca de una persona o situación es lo correcto, o si de por medio hay alguna mala interpretación.

Por ello la curiosidad no está de más, ya que incita a la búsqueda y profundización de una verdad. Hay que tener cuidado con nuestros informantes, saber si son confiables o si son simples repetidores de palabras indiscriminadas, además de conocer los hechos y las personas involucradas para completar el poder dar fe a la información recibida.

En medio de tanta manipulación y manejo de información deteriorada y falsa, debemos cuidar la verdad que al final es la que nos hace crecer y conocer la realidad tal cual es para no inventar, ni divulgar información falsa.

“…Por fuera parecen justos…”

“…Por fuera parecen justos…”

Mateo 23, 27-32

En aquel tiempo, Jesús dijo a los escribas y fariseos: “¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, porque son semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera parecen hermosos, pero por dentro están llenos de huesos y podredumbre! Así también ustedes: por fuera parecen justos, pero por dentro están llenos de hipocresía y de maldad.

¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, porque les construyen sepulcros a los profetas y adornan las tumbas de los justos, y dicen: ‘Si hubiéramos vivido en tiempo de nuestros padres, nosotros no habríamos sido cómplices de ellos en el asesinato de los profetas’! Con esto ustedes están reconociendo que son hijos de los asesinos de los profetas. ¡Terminen, pues, de hacer lo que sus padres comenzaron!”.

——————————————————

Es una pena que la verdad, tan preciada que es en sí misma, en común asociación con la realidad, muchas veces sea rechazada y suplantada por una falsa apariencia, sobre todo hoy, en estos tiempos que la imagen se manipula y se distorsiona tanto para bien, como para mal, es una realidad que en el mundo de quienes no tienen principios, ni moral, ni autenticidad, se la viven vendiendo imágenes falsas; a eso se dedican las agencias de publicidad y mercadotecnia, porque lo que es verdad y bueno en sí mismo se le reconoce y se vende por sí solo, pero si necesita anunciarse es porque, por sí mismo no vale su propio ser como verdadero y bueno.

Acerca de las noticias que se nos ofrecen hoy en día, habría que tener una seria discapacidad para no ver la realidad y creer la sarta de mentiras que manipulan y maquillan, siempre moviendo voluntades débiles y haciéndolas suyas; un ejemplo de manipulación es el siguiente: se desploma un avión, si dicen que estaba lleno de convictos asesinos, decimos, que bueno, se lo merecían; pero si dicen que había ochenta niños y que las perdidas ascienden a billones de dólares, entonces si nos mueven. Así es como te presentan la información, sembrando la reacción deseada en ti.

Más sin embargo, para qué nos vamos lejos, lo mismo acontece en nuestra propia vida y familia, una es la pantalla que presentamos y otra es la realidad que vivimos, pretendemos vivir en los más lujosos residenciales o bien posicionados, publicar eventos sociales personales en los periódicos, decir que conocemos a la crema y nata de la sociedad por nombres y apellidos, cuando en realidad no tienen ni en qué caerse muertos y hasta andan pidiendo por doquier para la mensualidad de la niña o para la gasolina, pero antes muertos que sencillos.

No hay que ir tan lejos y juzgar a los fariseos cuando nosotros estamos peor. Cuidado con la hipocresía, suele salir cara, sus consecuencias son irreversibles y las pérdidas no son en dólares, pero si en personas que valen la pena y en la confianza hacia ti, fatal.

Ya se acabaron los tiempos de las apariencias, ya no haces tonta a la gente, hoy ó vives tu verdad y en la verdad o, tu mentira será autoexpuesta no por los demás, sino por ti mismo, no te extrañe luego y se diga públicamente: ‘por fuera parecen justos’.

“Altares al EGO”

“Altares al EGO”

Mateo: 23, 13-22

En aquel tiempo, Jesús dijo a los escribas y fariseos: «¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, porque les cierran a los hombres el Reino de los cielos! Ni entran ustedes ni dejan pasar a los que quieren entrar.

¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que recorren mar y tierra para ganar un adepto y, cuando lo consiguen, lo hacen todavía más digno de condenación que ustedes mismos!

¡Ay de ustedes, guías ciegos, que enseñan que jurar por el templo no obliga, pero que jurar por el oro del templo, sí obliga! ¡Insensatos y ciegos! ¿Qué es más importante, el oro o el templo, que santifica al oro? También enseñan ustedes que jurar por el altar no obliga, pero que jurar por la ofrenda que está sobre él, sí obliga.

¡Ciegos! ¿Qué es más importante, la ofrenda o el altar, que santifica a la ofrenda? Quien jura, pues, por el altar, jura por él y por todo lo que está sobre él. Quien jura por el templo, jura por él y por aquel que lo habita. Y quien jura por el cielo, jura por el trono de Dios y por aquel que está sentado en él”.

_____________________________

Existe una no tan sana, sino enfermiza competencia en la que sobre todo y todos deseamos aparecer como el centro del universo, eliminando y descartando a quien pueda darte la contra y opacarte, no sólo en lo personal sino incluso en lo laboral y en todo lo que se refiera a ti hasta la última molécula tuya.

No dejamos de revelar una tremenda inseguridad, por lo que tenemos que elevar nuestra imagen a una categoría que brillemos momentáneamente aunque sea con inserciones pagadas. Lo hacemos con nuestra propia imagen, así como con nuestra dominante e impositiva manera de ser y de pensar, y no se diga cuando se buscan adeptos que te sigan y no piensen mejor que tú.

Ciertamente suenan a actitudes adolescentes, pero parece que cada ves más se estancan en esa etapa de la vida o surgen regresiones, sobre todo para llenar huecos por lo general de falta de afecto básico familiar.

Nos encontramos que solemos construir nuestros propios altares, pero al ego, incluso en nuestra propia casa la imagen principal y más grande, con el marco más costoso suele ser entre muchas tu foto de mejor perfil, tu mejor logro, tu mejor medalla, tú con el trofeo, o acompañado de tu pareja como trofeo adquirido y bien ganado, puede ser también la foto de la ordenación sacerdotal, o de la consagración religiosa, la de la presidencia en algún negocio, en fin, utilizamos esos altares para autorendirnos culto y exponerlo a los demás. 

Jesús es claro cuando nos dice que no hay que aparentar ser más de lo que se es, quien presume de saber, o quien presume de tener. En realidad lo que manifiestan es su pobreza y que cada vez pierden más. Un verdadero valor brilla solo, no se opaca solo, pero no permitas que pierda su valor al denigrarlo con la presunción. 

Destruye los falsos altares al ego y brilla por tu bondad natural.

“Usurpadores”

“Usurpadores”

Mateo 23, 1-12

En aquel tiempo, Jesús dijo a las multitudes y a sus discípulos: “En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y fariseos. Hagan, pues, todo lo que les digan, pero no imiten sus obras, porque dicen una cosa y hacen otra. Hacen fardos muy pesados y difíciles de llevar y los echan sobre las espaldas de los hombres, pero ellos ni con el dedo los quieren mover. Todo lo hacen

para que los vea la gente.

Ensanchan las filacterias y las franjas del manto; les agrada ocupar los primeros lugares en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; les gusta que los saluden en las plazas y que la gente los llame ‘maestros’.

Ustedes, en cambio, no dejen que los llamen ‘maestros’, porque no tienen más que un Maestro y todos ustedes son hermanos. A ningún hombre sobre la tierra lo llamen ‘padre’, porque el Padre de ustedes es sólo el Padre celestial. No se dejen llamar ‘guías’, porque el guía de ustedes es solamente Cristo. Que el mayor de entre ustedes sea su servidor, porque el que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido”.

——————————————————-

Los títulos son muy honorables, hacen resaltar a la propia persona, se le otorga un rango de autenticidad, hasta el trato personal cambia tornándose en especial. No creo que Jesús este en conflicto con las autoridades y sus rangos, tampoco con sus títulos, con lo que en realidad no está de acuerdo, es con la actitud de aquellos, que se promueven con esos títulos, aquellos que no se los han ganado con su propio esfuerzo ni entrega generosa sin dar el mínimo testimonio al respecto, robando la autoridad y menguándola en aquellos que su vida de entrega habla aún mas que dicho título, los que su vida, no alcanza a manifestar todo el bien que se ha hecho a los demás.

No reclama como único y exclusivo de Dios los atributos de padre, guía o maestro, ya que así lo suelen interpretar los fundamentalistas, sino todo lo contrario, Dios no deja de compartir sus propios dones y, qué mejor que alguien entre nosotros manifieste el cierto grado esas bondades de Dios que hablan de su misma autoridad compartida, de su mismo ser.

Lo malo es cuando se apoderan de los títulos sin ser merecedores de ellos, abusando con la autoridad que conllevan, ahí es donde se desdicen de presentar a Dios en esas circunstancias, donde no se manifiesta correctamente su gracia ni sus obras, pudiendo dar margen al error entre los sencillos y alejarlos del original servicio que Dios da con esos títulos bien ganados en las personas correctas.

Esos son los usurpadores que roban el título y no dan testimonio de ello. Pero no  vayamos más lejos, tan sólo juzgando a los que representan una autoridad, sino también nosotros podemos ser usurpadores del buen nombre de Hijos de Dios, de Bautizados, de Cristianos; cuando no vivimos conforme a lo que hemos sido llamados, cuando no va nuestra vida en el camino del perfeccionamiento en la santidad, cuando nuestras obras hablan de a quién aman no es precisamente a Dios.

Hay que tener un cuidado auténtico de nosotros no ser los usurpadores, más que echarlo en cara a los demás.